La falta de constancia es una realidad en la mayoría de los casos a la hora de acudir al gimnasio.
Vemos épocas en las que los gimnasios están abarrotados, llenos de gente con pretensiones a corto plazo y que al final, terminan abandonando en dos o tres meses.
Uno de los motivos más comunes de abandono se debe a que no ven el progreso, buscan resultados inmediatos y tras dos o tres meses llega la desmotivación y el abandono.
Antes de desmotivarnos y abandonar deberíamos plantearnos ¿Qué estoy haciendo mal? En la mayoría de los casos no vemos el progreso porque cometemos fallos que hacen que nuestro entrenamiento no sea tan efectivo como esperábamos, incluso nos puede ocasionar alguna lesión.
La técnica:
Mucho más importante será ejecutar los ejercicios de la forma correcta que el peso que utilicemos para realizarlos.
Además de evitar lesiones, mantener una técnica correcta nos garantiza que todo el estrés al que se está sometiendo el músculo recaiga sobre las fibras adecuadas, de esta forma provocaremos la adaptación de los músculos y las fibras correctas.
El descanso:
Tan importante es entrenar como descansar, pues el resultado de los entrenamientos va estrechamente ligado a los descansos.
Para conseguir el progreso, es importante que cuando comencemos nuestro entrenamiento, nuestro cuerpo esté totalmente recuperado del entrenamiento anterior. No podemos tener a nuestros músculos en tensión constantemente.
Para que nuestros músculos crezcan, es necesario someterlo a dos fases: en la primera debemos exponerlo a una situación de “estrés” que se consigue con el esfuerzo que hacemos durante el entrenamiento, la cual va a incitar al músculo a crecer. La segunda fase es la fase de descanso, no menos importante, ya que la perdida de esa tensión a la que se ha visto sometido durante el entrenamiento es lo que va a hacer que el músculo crezca realmente.
Entrenamiento interválico para quemar grasas:
Si nuestro objetivo es el de quemar grasas para definir de cara al verano, lo mejor es optar por un entrenamiento interválico de de alta intensidad (HIIT) con el que provocaremos un mayor consumo energético a largo plazo.
Este tipo de entrenamiento consiste en realizar cualquier ejercicio aeróbico durante unos veinte minutos en los que alternaremos consecutivamente dos minutos a intensidad media, seguido de un minuto a máxima intensidad y volveremos de nuevo a la media intensidad durante dos minutos.
*En caso de tener alguna lesión o limitación para realizar ejercicios de alto impacto, puedes optar por algunos de los ejercicios de bajo impacto que mencionábamos en este post